Esta no es una declaración que da por terminado un evento,
Es ante todo el inicio de un nuevo caminar en el Meta.
Se aproxima la conclusión de este evento, donde pasamos por hacer una radiografía de la producción económica y las formas de explotación de los recursos naturales, el uso de la tierra, la ciudad y las diferentes visiones de la paz. Estos temas han sido identificados por organizaciones sociales y el conjunto del movimiento social como prioritarios para encontrar salidas a las crisis política, económica, social y ambiental en la cual se encuentra nuestro país.
El Departamento del Meta produce el 51% del petróleo del país, es el territorio con más área de palma africana en toda la geografía nacional, y contiene diversos intereses en mega-proyectos de multinacionales que se quieren apropiar de su agua, de su tierra, de su cultura y de la negación de la representación política del pueblo en las decisiones que a su futuro conciernen.
Este paso que acabamos de dar se une a una fuerza social que emerge en todo el territorio nacional, desde el 2010 el Congreso de los Pueblos mandata a favor del pueblo y ha estado presente en las grandes movilizaciones hasta la actualidad. Su papel en el paro agrario ha permitido sentar las bases de una propuesta de ordenamiento rural que reconoce al campesino como sujeto político, salvaguarda los páramos y los resguardos indígenas de los mega-proyectos y la explotación minera y petrolera.
Consideramos que la unidad como proceso político implica aprender a reconocernos en un mismo territorio en el marco del respeto, el compromiso y la fraternidad, alimentando un clima de confianza por el deseo de una Villavicencio y un Meta para la vida digna.
Pero este evento está pensado en el futuro, en los cambios necesarios para acabar el hambre, la injusticia y la desigualdad. Nuestro compromiso es hacer más efectiva nuestra acción basada en la unidad de criterios, en la unidad de acción. En movilizarnos de forma nacional, cada uno desde su ciudad.
Las organizaciones aquí reunidas declaramos nuestro compromiso en seguir caminando la palabra, en aunar nuestras fuerzas y participar de manera efectiva en las movilizaciones de carácter nacional. Esta tarea que no es fácil, requerirá de toda nuestra entereza, evitando los sectarismos y grupismos que han diezmado la unidad del pueblo y que al final solo ha postergado la construcción de un país soberano.
En la Mesa de territorios agroalimentarios concluimos:
Luchamos por el reconocimiento del campesino como sujeto político y soberano sobre su territorio, por la implementación de manera autónoma de procesos de cooperativismo, en la producción y alimentos, exigiendo al estado el mejoramiento de las vías terciarias, las garantías necesarias para las producciones dentro de los territorios agro-alimentarios, la conservación y protección de las reservas naturales; estamos en contra de la producción de semillas transgénicas.
En Minería y territorio concluimos:
Impulsar la Ley Orgánica de Hidrocarburos como una propuesta desde el campo popular para la administración soberana de los recursos del país, el control estatal sobre los servicios públicos para garantizar el servicio digno y el derecho a la energía, el dialogo urbano sobre asuntos petroleros y ambientales para politizar a las comunidades sobre el papel del sistema del saqueo de nuestros bienes, el impulso de apuestas como los territorios agro-alimentarios como espacios de resistencia social y política a la locomotora minera, la denuncia de los impactos sociales y ambientales del modelo y sus proyectos en el Meta.
En la Mesa de Paz y solución política concluimos:
Que la guerra tiene su origen en un régimen de desigualdades sociales en las que históricamente ha estado el pueblo colombiano y que la paz es buen vivir para todxs, lo cual se logra a través de unas condiciones sociales, económicas y políticas tales como trabajo digno, justicia social, salud y educación pública y de calidad, soberanía alimentaria y del territorio, garantías para la participación y decisión sobre la política del país desde las bases.
En la Mesa de conflictos urbanos concluimos:
Que impulsaremos los procesos urbanos en disputa por el derecho a la ciudad. En donde lo público y lo comunitario sea protegido por el poder popular, Por un ordenamiento incluyente y que respete la diferencia, que denuncie y rechace la violación de los derechos humanos en sus barrios y en sus territorios. Que privilegie la plantación desde y para el pueblo.
CONGRESO DE LOS PUEBLOS META
VILLAVICENCIO 14 DE MARZO