La Cabuya, Tame-Arauca, 20 de noviembre de 2016.
A 18 años de la barbarie del régimen, la comunidad de la Cabuya, los familiares de las víctimas y el pueblo organizado del Centro Oriente de Colombia, persisten en la lucha por el bienestar colectivo y una sociedad justa e igualitaria.
Hoy 20 de noviembre, se cumplen 18 años del abominable hecho de lesa humanidad, cometido por el Estado colombiano contra el pueblo araucano y casanareño. Estos 18 años de impunidad han ejemplificado la resistencia, el tesón y la dignidad de un histórico tejido social que se resiste a que, éste y otros hechos criminales queden en el olvido y que los victimarios logren el objetivo de asegurar y expandir los intereses económico de las corporaciones transnacionales y el mundo imperial en nuestra región.
La Cabuya, un caserío de Tame, con un pequeño número de familia, pero pujante y con gran potencial de desarrollo, zona limítrofe con el municipio de Sácama, Casanare. Se encuentra situado aledaño a la marginal de la selva, “Ruta de Los Libertadores”, canal seco que une a Ecuador-Colombia-Venezuela (estratégico para el Estado de cara a los Tratados de Libre Comercio), paso obligado para la entrada y salida de la maquinaria empleada en la exploración y explotación petrolera.
La presencia Estatal estaba determinada por la fuerte militarización existente. Desde el día 05 de noviembre de 1998, esta presencia de fuerza pública se hizo más numerosa con el arribo de destacamentos militares del batallón Navas Pardo adscritos a la Brigada XVIII con sede en Arauca y del Guías de Casanare adscritos a la Brigada XVI con sede en El Yopal, quienes llegaron al caserío para proteger el paso de una maquinaria de las compañías petrolera desde Tocoragua hasta Yopal. A partir del mismo día de su llegada comenzaron a tratar mal a la población, a estigmatizarla y amenazarla diciendo que tan pronto se fueran ellos llegarían “Los Mocha Cabezas”.
El 17 de noviembre empezó a salir la tropa luego del paso de todos los vehículos de la petrolera, el último grupo de ejército del Guías de Casanare salió del caserío el día 19, a eso de las 9:00 de la noche y como a las 11:00 p.m., se regresaron usando pasamontañas, insultando a las personas, disparando y tumbando las puertas, diciéndoles a todos que se tenían que ir antes que comenzaran a lanzar granadas; en la madrugada del 20 de noviembre de 1998, asesinaron a cinco personas RITO ANTONIO DIAZ DUARTE, LEONOR CARRILLO NIÑO, ALICIA RAMÍREZ MÉNDEZ quien tenía 7 meses de embarazo, SAMUEL SILVA RAMÍREZ y JOSÉ EFRAÍN CARVAJAL VALBUENA, causando el desplazamiento forzado de los restantes moradores.
Desde el primer momento de la masacre, el Estado, sus instituciones y los grandes medios de comunicación desplegaron todos los mecanismos y artimañas que les son propias, para evadir su responsabilidad en el diseño y autoría del crimen presentándolo como un hecho cometido por los paramilitares en retaliación contra las guerrillas.
Solo la gallardía y la persistencia de las familias, las organizaciones del movimiento político de masas social y popular del centro oriente de Colombia, la Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra, con el acompañamiento de la comunidad nacional e internacional, especialmente de la Asociación para la Promoción Social Alternativa MINGA, permitió visibilizar el atroz hecho e impulsarlo política y jurídicamente obteniendo algunos logros en materia jurídica y de reparación.
El caso sigue en la impunidad, pese que fue condenado penalmente al coronel ORLANDO PULIDO ROJAS y al teniente SANDRO QUINTERO CARREÑO y a otros militares, haber sido destituidos de sus cargos por la Procuraduría General de la Nación, y haber sido condenado administrativamente el Estado por su responsabilidad en la masacre; no se ha condenado a todos los autores intelectuales, no se ha reconocido la verdad completa sobre quien diseñó, planeó el crimen, a quien benefició; se ha tratado como un caso aislado y no parte de una estrategia de agresión; no ha habido reparación integral y menos seguridad de no repetición.
Hoy 18 años después de la masacre, todavía siguen tratando de tergiversar la realidad y comprarnos con los mismos espejitos que usó el imperio español y portugués, ofreciendo dádivas y confundiendo la responsabilidad del Estado de garantizar los derechos fundamentales a la educación, la salud, vivienda digna, vías de comunicación, etc., como formas de reparación integral, en el marco de la ley 1448 mal llamada ley de víctimas y restitución de tierras.
Por ello ratificamos nuestro compromiso inquebrantable con la vida, la memoria histórica, la búsqueda de verdad, justicia, reparación integral y garantía de no repetición. Nos disponemos a continuar defendiendo y materializando los programas y proyectos de nuestro plan de vida camino a la construcción del socialismo.
“Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan, y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede decir que nos merecemos lo que tenemos.”
J. Saramago.
POR LA DEFENSA DE LA VIDA, LOS DERECHOS HUMANOS Y LA PERMANENCIA EN EL TERRITORIO FUNDACIÓN DE DERECHOS HUMANOS JOEL SIERRA POR UNA COLOMBIA LIBRE Y SOBERANA…UNIDAD Y LUCHA. MOVIMIENTO POLÍTICO DE MASAS SOCIAL Y POPULAR DEL CENTRO ORIENTE DE COLOMBIA