Venezuela 16 de julio del 2015
Confederación Nacional Campesina de Venezuela
Movimiento Nacional Campesino Bolívar-Maisanta
Movimiento de la Juventud de Izquierda Consciente
El poder del narco-estado que dirige Juan Manuel Santos hoy se cierne sobre los Movimientos Sociales. La arremetida judicial contra los integrantes del Congreso de los Pueblos es una película de ficción, mal montada, por un gobierno que teme el crecimiento de una fuerza popular nacida desde las bases como la de este movimiento. Una fuerza que muestra avances significativos en la lucha contra la opresión política y militar que ejerce el gobierno.
La violación de los derechos humanos constituye un arma que caracteriza al gobierno de Santos y al de su antecesor y mentor Álvaro Uribe. Dicha arma es utilizada, hoy como ayer, para reprimir organizaciones populares y callar la voz de miles que claman a gritos por el nacimiento de una nueva patria con justicia social, igualdad y respeto para todos.
Hoy en Colombia se intenta orquestar una farsa ante la opinión pública nacional e internacional, persiguiendo y acechando a activistas sociales y militantes políticos en los tribunales. Así se pretende acabar con la esperanza de una nueva tierra, una tierra donde el gobierno y el pueblo marchen unidos hacia un mejor futuro para las nuevas generaciones. Un futuro igual al que el Congreso de los Pueblos intenta labrar.
La jauría de hienas que hoy reprime a millones de colombianos bajo las órdenes de la oligarquía se ensaña, como siempre, contra los pobres de esta tierra. Contra aquellos que asumirían el poder si esta nación fuese justa. Ante el miedo de que tal cosa pudiese ocurrir se ponen en acción los aparatos de investigación y persecución del Estado contra los integrantes del Congreso de los Pueblos, orquestando farsas judiciales que efectivamente se han convertido en los últimos casos de una interminable lista de falsos positivos ejecutada por Santos y Uribe.
Compañeros: este Estado persigue, asesina y desaparece a quienes luchan por los ideales libertarios que de sus venas de pueblo afloran como el alba. Este patético remedo de sistema judicial, impuesto por este gobierno corrupto y arrodillado al imperialismo norteamericano, intenta en vano borrar las risas, las alegrías y los caminos de lucha trazados por nuestra militancia combativa. Pero, para su gran pesar, la semilla de la lucha ya está regada y el jardín hecho pueblo florece como nunca.
Compañeros: hoy intentan enviarnos a las mazmorras inhumanas que llaman “cárceles”, pero que son en realidad verdaderos medios de tortura moral. Su objetivo real es quebrarnos. Este accionar no hace más que mostrar la gran debilidad de los camisas-limpias y los hijos de papá que gobiernan este país.
Compañeros: hoy la oligarquía arrodillada ante las trasnacionales de la guerra se exponen al escarnio público al utilizar la patética maquinaria de disociación masiva que son sus medios de comunicación. Pero la historia evidencia que todo estado represivo suele utilizar la falsa bandera de la democracia para violar los derechos humanos de miles y miles de sus conciudadanos.
Compañeros: hoy más que nunca, ondearemos las banderas del Congreso de los Pueblos con rabia y dignidad. Marcaremos el territorio para que la oligarquía tiemble ante nuestros pasos de lucha popular.
Podrán detener y encerrar por un tiempo a algunos de los nuestros, pero jamás podrán borrar de nuestras memorias el grito histórico de nuestros antepasados libertarios. Jamás han podido hacerlo y jamás podrán. Esa es la lección de la historia que no terminan de aprenderse.
Los millones de habitantes de esta América Rebelde nos sumamos a la lucha para que la América toda quede finalmente libre de la plaga oligárquica que nos sume en la miseria. Ante su América colonizada, nosotros levantamos la América de Bolívar, de Martí, del Che y de Sandino.
No a los Falsos Positivos Judiciales
No más violaciones de Derechos Humanos