Por: Trochando Sin Fronteras
A partir del 14 de octubre, los pueblos indígenas de Colombia se vuelven a reunir a fin de continuar construyendo mecanismos de articulación y unidad en el marco de la Minga Indígena, Social y Popular.
A partir del reconocimiento del etnocidio del cual fueron víctimas los pueblos originarios de América, con más de 87 millones de sus integrantes asesinados durante la conquista y colonia por parte de España, Portugal y Gran Bretaña, se exalta la lucha de resistencia que los idígenas han adelantado a lo largo de más de 500 años.
La Minga también parte de un hecho histórico innegable: el saqueo de millones de toneladas de nuestros recursos naturales, primero por los monarcas y comerciantes europeos, y hoy en día por las empresas transnacionales que valen de la jormatividad y de la fuerza para lograrlo.
En este contexto, el Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente de Colombia, emitió un saludo de tributo a la resistencia y dignidad de los pueblos ancestrales, en su lucha por la pervivencia, en defensa de la vida, el territorio, la autonomía y la soberanía.
En tal saludo, se recuerda como ejemplo claro lo ocurrido en el centro oriente colombiano con los pueblos ancestrales de Casanare, Meta, Boyacá, Norte de Santander, Vichada y Arauca, que han sido despojados de sus territorios para la espoliación del petróleo, carbón, esmeraldas y oro.
Particularmente en Arauca, la explotación petrolera por parte de la transnacional OXY en el complejo Caño Limón durante más de 30 años, ha ocasionado la destrucción del ecosistema estratégico de flora y fauna Laguna del Lipa “Ware Fereto”, lugar de adoración espiritual para los indígenas y despensa alimenticia para éstos y los campesinos, generando el desplazamiento forzado y la situación de riesgo de extinción del pueblo Macaguán (etnia Guahibo Sikuani).
Según sus impulsores, la Minga es una respuesta a esa historia de barbarie, en dirección a tejier y fortalecier lasos de hermandad y solidaridad, entendiendo que la lucha es de clases y por tanto la unidad de los oprimidos del mundo es la que los llevará a la transformación social.